En algún punto vas a acabar comiendo demasiado, o comiendo mucho antes de ir a la cama, o vas a zamparte la comida prohibida, o te vas a saltar una comida que deberías haber hecho. Está garantizado. Todo el mundo lo hace.
Es la forma de tratar con ese fallo, la que va a determinar el éxito de la dieta que estás siguiendo.
Si ves esa hamburguesa (o galleta, o trozo de chocolate, o pizza o....) que te comiste como un resbalón temporal y sigues fiel a tu programa el día siguiente, la semana siguiente etc, probablemente vas a tener éxito con tu plan para adelgazar.
En cambio sí:
* Te obsesionas con tu fallo.
* Sigues atormentándote por tu falta de voluntad.
* Haces como si no hubiese sucedido.
* Ocultas tu desliz a otros (por ejemplo tu entrenador).
* O buscas alguna otra forma de hacer un mundo del fallo que cometiste
Está casi garantizado que tu dieta está condenada.
La Vergüenza es el Asesino de las Dietas
Cuando estás aprendiendo a conducir cometes todo tipo de pequeños errores y haces correcciones, pero no estrellas el coche. De manera similar, cuando estás aprendiendo a comer de forma saludable y a perder grasa, también vas a cometer pequeños errores y vas a tener que hacer ajustes. Tienes que adaptar la dieta genérica a tu estilo de vida respetando sus reglas.
Y siempre y cuando no conviertas los pequeños fallos en grandes problemas emocionales, tendrás éxito.
Recuerda siempre mantenerte en el presente, y cuando hagas trampa o falles en tu dieta:
* Reconoce que has fallado.
* Pregúntate a ti mismo/a por qué lo hiciste.
* Pregúntate a ti mismo/a como vas a evitar que vuelva a pasar.
* Y entonces continúa. Déjalo ir. Perdónate.
No hay por qué avergonzarse de un pequeño fallo. Aprende de él, continúa con el siguiente paso y para de atormentarte por un puñado de galletas.
Basado en el artículo Dieting 101 : Say NO to Shame publicado en healthhabits.ca
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